Calzado para caminar y correr con amortiguación especial

¿Para quién están pensados los zapatos especialmente amortiguados?

Un calzado amortiguador y saludable reduce la tensión que pueden sufrir las articulaciones, la espalda y la cabeza al caminar y correr. Esto es útil para distintos grupos de personas:

• Corredor: Si sale a correr con regularidad, debe llevar zapatillas bien amortiguadas. Esto es especialmente cierto si corres sobre superficies duras o recorres largas distancias. La amortiguación del calzado es especialmente importante para el entrenamiento diario.
• Personas con problemas articulares: Si tienes problemas de rodilla, cadera o espalda, el calzado acolchado ayuda a reducir la tensión en estas zonas dañadas.
• Personas con sobrepeso: Los zapatos con amortiguación especial reducen la presión ejercida sobre las articulaciones y la espalda al caminar y correr. Se trata de una gran ventaja, especialmente para las personas con un peso más elevado, ya que a menudo sufren problemas articulares y de espalda y el peso adicional puede ejercer fuerzas especialmente elevadas sobre el cuerpo al correr.
• Personas mayores: Con la edad, la amortiguación natural del cuerpo disminuye y las articulaciones pierden flexibilidad. Unas zapatillas para caminar y correr con una amortiguación especial pueden compensar esta evolución y reducir así la sobrecarga.
• Personas que trabajan en superficies duras: Si tienes que estar de pie o caminar sobre suelo duro durante gran parte del día, también debes utilizar calzado con amortiguación especial. Esto puede reducir significativamente los síntomas de fatiga y las molestias en las piernas y la espalda.

¿Qué aporta al cuerpo el calzado acolchado?

Correr y caminar requieren el uso de todo el cuerpo. La llamada cadena cinemática va desde la planta de los pies hasta la cabeza. Se refiere a la interacción de diversas articulaciones, extremidades y sistemas que, en conjunto, hacen posible el complejo movimiento de caminar. Para que usted camine de forma estable y segura, intervienen muy diversas zonas del cuerpo: Pies, rodillas y piernas, caderas y pelvis, espalda y columna vertebral, cuello, hombros y brazos. Las cargas de impacto y presión durante la marcha y la carrera continúan a lo largo de esta cadena cinemática. Por ejemplo, si pisas o incluso saltas sobre un suelo duro sin amortiguación, se genera un gran impulso. Continúa por los pies y las piernas hasta las caderas, la espalda y, por último, la cabeza. Si el impacto es demasiado fuerte y las articulaciones ya están dañadas, pueden producirse lesiones, dolor y una carga incorrecta. Aquí es exactamente donde entran en juego los zapatos especialmente acolchados. Absorben gran parte de la presión e impiden que se desplace hacia arriba por el cuerpo.

Unos zapatos no adecuados pueden causar daños importantes

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