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EL DOLOR DE ESPALDA:
CAUSAS Y CONSEJOS.

Tensa, retorcida y sobrecargada: Ninguna otra zona del cuerpo causa tantos problemas como la espalda. Cuesta creerlo: el 90% de los dolores de espalda se pueden prevenir.

Las causas del dolor de espalda son múltiples

El dolor de espalda: todos lo sufrimos alguna vez. Tres de cada cuatro alemanes sufren dolor lumbar por lo menos una vez en la vida. En los jóvenes es más común que en las personas mayores. La buena noticia es que más del 90 por ciento de todos los dolores de espalda no presenta complicaciones; en muy pocos casos están relacionados con enfermedades serias. Por ello, los mismos afectados pueden hacer muchas cosas para que las molestias desaparezcan rápidamente.

Dr. Martin Buchholz
Dr. Martin Buchholz

Las causas del dolor de espalda pueden ser físicas o psíquicas. Muchas veces ambos factores se complementan. La razón más común son las tensiones musculares causadas por malas posturas, cargas unilaterales y falta de movimiento. Todo esto hace que los músculos deban soportar cargas dispares. “Algunos grupos de músculos se sobrecargan, mientras que otros casi no se utilizan. Así es como los músculos se acortan o endurecen, y este desequilibrio muscular causa tensiones y dolores. La espalda pierde estabilidad”, explica el Dr. Martin Buchholz (especialista en ortopedia de Hamburgo, www.orthopaediecentrum.de).

Además de los dolores de espalda de origen muscular, las disfunciones nerviosas son la segunda causa más común (aprox. el 5% de los casos) del dolor lumbar. “Un nervio pinzado, el angostamiento de una salida nerviosa en la columna vertebral o una neuritis pueden causar dolores fuertes”, explica el Dr. Buchholz. Otras razones, como las quebraduras de huesos o los tumores, son mucho menos comunes, representando aproximadamente el uno por ciento de los dolores de espalda.


El círculo vicioso del dolor de espalda

El dolor de espalda suele terminar en un círculo vicioso: a muchas personas con molestias agudas les da miedo hacer el más mínimo movimiento y reaccionan adoptando una postura que les alivia y que, en principio, reduce el dolor. Sin embargo, el intento de evitar los movimientos que provocan dolor por medio de un cambio en la postura hace que se sobrecargen grupos musculares que hasta ese momento no presentaban molestias. De esta manera, una tensión que comienza siendo localizada se termina extendiendo a toda la espalda.

Una vez que se inicia este círculo vicioso, la causa de su origen ya no es tan importante, porque no altera el tratamiento. “Usted mismo puede contribuir en gran medida a ponerle fin a este mecanismo”, aconseja el Dr. Marco Gassen (médico especializado en la espalda y en medicina del deporte de Wiesbaden, www.qimoto.de).

Dar un paseo y usar la bicicleta estática en lugar de hacer reposo

“Dentro de lo posible, ¡no deje de moverse!”, agrega el Dr. Gassen. Lo que ayuda a reducir dolores agudos son los calmantes simples, el calor y los masajes. “De ser posible, si padece dolor de espalda agudo, pero sin complicaciones, debe salir a pasear varias veces al día entre 5 y 15 minutos. La bicicleta estática también puede brindar un alivio rápido. Debe evitar estar mucho tiempo acostado o sentado, siempre que no sea en una posición de alivio (con las piernas elevadas y las rodillas flexionadas en ángulo recto). ¡Ni se le ocurra acostarse!”


Causas del dolor de espalda
Causas del dolor de espalda

La autoayuda comienza en el entorno propio

Las condiciones básicas indiscutibles para no tener dolor de espalda son hacer ejercicio y corregir comportamientos incorrectos. Sin embargo, el compromiso personal de mantener la espalda erguida se pone a prueba cuando el esfuerzo propio se enfrenta con un entorno hostil: sillas, camas o asientos para el automóvil que dañan la espalda. Un entorno de trabajo o una vivienda que no presentan características ergonómicas también pueden causar dolor de espalda. Por ello es importante no olvidar este factor a la hora de buscar las causas y definir la prevención del dolor de espalda.

En consecuencia, el tratamiento y la prevención del dolor de espalda deben plantearse en un contexto integral. Además de la atención médica y el propio comportamiento adecuado para la espalda, es necesario que también el entorno diario privado y del trabajo protejan la espalda. Examine su lugar de trabajo. Muchas veces basta con ajustar algunos detalles simples en los muebles para aliviar la tensión de la espalda. Controle también que las condiciones de su entorno privado sean adecuadas para la espalda. Por ejemplo, si la cama, el sofá, los zapatos o el asiento del automóvil cumplen con los requisitos de los productos que no perjudican la espalda. En esta página web encontrará toda la información necesaria.

Activar los poderes de autocuración: la psique ayuda al cuerpo

Marco Gassen
Dr. Marco Gassen

El dolor de espalda tiene una gran influencia sobre el bienestar psíquico. Su origen y, sobre todo, su continuidad se relacionan, más allá de las causas físicas, con mecanismos de comportamiento deficientes y tensiones nerviosas. El estrés y la angustia muchas veces causan tensiones musculares que se perciben como dolores de espalda. Debido a esta estrecha relación entre el dolor de espalda y las tensiones nerviosas, con frecuencia las molestias se reducen por medio del tratamiento de los problemas psicológicos. El asesoramiento psicológico y los cursos para aprender a manejar el estrés y las tensiones pueden ser muy efectivos cuando se inician las molestias y pueden prevenir (o demorar) que estas se vuelvan crónicas. Un tratamiento psicológico también puede ser muy útil cuando los dolores son crónicos.


Una ayuda oportuna impide el dolor crónico

Lamentablemente, muchos pacientes que sufren dolor de espalda crónico tardan mucho en comenzar con una terapia de conducta adecuada. Este tipo de terapias les permite cambiar las costumbres y actitudes que han originado la tensión muscular. “Si se inicia oportunamente un tratamiento con métodos psicoterapéuticos, es muy probable que se pueda impedir la profundización del proceso de cronificación”, explica el psicólogo Fredi Lang (Bundesverband Deutscher Psychologinnen und Psychologen, Berlín). “Además, se debe recordar que, básicamente, todos los dolores pueden volverse crónicos. Simplemente por eso es necesario tomar medidas desde el principio”, agrega Lang. Muchas veces los procesos psicoterapéuticos son un paso importante en el camino hacia la mitigación de dolores de espalda que ya son permanentes.

Otro objetivo es reducir las consecuencias psíquicas y sociales del dolor de espalda crónico. “Nuestra meta es mejorar la vida de los afectados y devolverles la capacidad de actuar, la que muchas veces se reduce considerablemente”, afirma Lang. Es por ello que la asistencia psicológica cada vez adquiere más importancia en la terapia interdisciplinar contra el dolor.

Los métodos psicoterapéuticos apoyan el tratamiento del dolor

Fredi Lang
Fredi Lang

Durante la terapia se realiza un proceso de elaboración del dolor que tiene lugar a diferentes niveles y, en la psicoterapia clásica, sobre todo por medio de conversaciones. En la actualidad, la psicoterapia suele incluir también estrategias complementarias adecuadas a la temática individual. A continuación se mencionan algunos de los diferentes enfoques psicoterapéuticos:

  • Tratamiento orientado a la terapia conductual: se intenta enseñarle al paciente cómo manejar mejor el dolor mediante el autocontrol y, también, técnicas de superación del dolor.
  • Tratamiento de psicología profunda: se intenta localizar los conflictos emocionales que son responsables (entre otros factores) del dolor y que pueden ser pasados y proceder incluso de la infancia. El paciente debe liberarse de antiguos patrones de conducta y experiencias para iniciar un nuevo camino.
  • Procedimientos psicoterapéuticos orientados hacia el cuerpo: se intenta estimular los poderes de autocuración del cuerpo mediante una concienciación intensiva de las funciones corporales. Muchas veces se obtienen buenos resultados combinando con ciertas técnicas de relajación.

Todo depende de la actitud

Anne Flothow
Dra.
Anne Flothow

Una de las técnicas actuales más importantes para tratar el dolor de espalda es la terapia cognitivo-conductual. Este tipo de terapia parte de la premisa de que las opiniones, actitudes, deseos, expectativas o intenciones de cada persona influyen en gran medida su comportamiento y, en ese contexto, surge una percepción muy personal del dolor de espalda propio. Es posible que esto agrave o alivie el dolor (siempre en la percepción del afectado). “Quien considera el dolor de espalda como un golpe del destino lo percibirá más fuerte que otra persona que se decide a hacer algo por la salud de su espalda”, explica la Dra. Anne Flothow (profesora honoraria y psicóloga de Hamburgo, miembro del consejo ejecutivo de la Bundesverband deutscher Rückenschule (BdR) e.V.)


Reaccionar activamente y pensar en positivo

Por ello, en la terapia conductual los pacientes con dolor de espalda deben aprender a ver el dolor desde otro punto de vista, a valorarlo de otra manera. En las conversaciones entre el terapeuta y el paciente se sacan a la luz las actitudes negativas para cambiarlas por un punto de vista diferente y más positivo. “El objetivo es convencerse de que uno no está indefenso frente al dolor de espalda”, explica la Dra. Flothow y aconseja vencer los miedos con la ayuda de terapias de superación de conflictos, reaccionar activamente y mejorar la autoestima.

Un tratamiento psicoterapéutico exitoso del dolor depende de la cooperación del paciente. Para poder reducir los dolores crónicos a largo plazo es imprescindible que el paciente esté dispuesto a participar activamente del proceso.

El mayor movimiento reduce y previene el dolor de espalda

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Ulrich Kuhnt

Moverse hace bien y previene el dolor de espalda. Aparentemente la mayoría de los alemanes todavía no ha comprendido esta idea, porque dos de cada tres alemanes prefieren pasar el tiempo libre sobre el sofá de su casa. Este es el resultado de una encuesta sobre el tema realizada por el F.A.Z.-Institut y Forsa entre mil personas mayores de 14 años. La razón es muy simple: a pesar de que les da cargo de conciencia, también les da pereza moverse.

“Tenemos que lograr movernos más en la vida diaria. Sino, quienes se mueven poco están predestinados a sufrir dolor de espalda a largo plazo,” explica Ulrich Kuhnt, pedagogo en educación física y director de la Escuela de Espalda de Hannover. No se trata de grandes rendimientos deportivos, sino que basta con unos pequeños trucos para que la rutina diaria incluya un poco más de actividad física. Hacer los recados a pie más a menudo, subir por la escalera en vez de usar el ascensor o usar más la bicicleta. Con solamente caminar a buen ritmo quince minutos dos veces por día (para llegar al metro o hacer la compra) ya alcanzan la mitad de la actividad física diaria necesaria incluso quienes prefieren pasar el día tirados en el sofá mirando televisión. Demás está decir que también puede ser más que eso…


El movimiento: siempre y en todas partes

Hasta el tiempo que se pasa haciendo fila en la caja del supermercado o en la parada del autobús se puede aprovechar para moverse. Por ejemplo, estírese todo lo que pueda, como si fuera una marioneta y alguien tirara de un hilo imaginario desde arriba de su cabeza, para estirar la columna vertebral. O estire la musculatura inclinándose hacia un costado o girando el tronco suavemente de un lado al otro.

También en la oficina se puede combatir el dolor de espalda con un poco de movimiento. Más allá de contar con un lugar de trabajo ergonómico, se pueden hacer ejercicios terapéuticos para evitar molestias. Consulte a un terapeuta, por ejemplo, un entrenador de una escuela de la espalda o aproveche uno de los múltiples planes de gimnasia para oficina de los seguros de enfermedad. Las pequeñas rutinas de ejercicios se pueden hacer fácilmente entremedias, sentado en el escritorio o de pie, sin que haga falta ningún elemento auxiliar.

Los cambios de posición alivian la espalda

Con movimientos variados se puede evitar también la causa más común del dolor de espalda: las tensiones musculares. Cambie de posición con la mayor frecuencia posible al permanecer sentado: siéntese, por ejemplo, inclinándose hacia adelante y luego, erguido, para después relajarse nuevamente apoyándose en el respaldo. Esto será más fácil cuando la silla de la oficina o el sofá de su casa presenten características ergonómicas.

Otra manera de moverse más y de variar más de posición cotidianamente es alternar la posición sentada con fases en las que se esté de pie. Por ejemplo, se pueden realizar reuniones breves de pie, tal vez con una mesa alta. Y en lugar de enviarle un correo electrónico al compañero que tiene su oficina al final del pasillo, la alternativa sería ir a decírselo personalmente. Si alguna vez tiene que permanecer de pie durante un lapso prolongado de tiempo, conviene aliviar la columna vertebral trasladando de vez en cuando el peso de una pierna a la otra. Y es que los cambios de posición también son importantes cuando se está de pie.


El deporte que hace bien a la espalda

Para que la espalda pueda hacer frente a los desafíos de la vida diaria, es necesario fortalecer regularmente la musculatura. “Músculos fuertes ayudan a la columna vertebral a cumplir con su función de soporte y a evitar el dolor de espalda. En esto, el papel del deporte es fundamental. Muchos tipos de deportes favorecen el movimiento y la coordinación, lo que contribuye a la interacción de todos los componentes que mantienen la espalda sana”, recomienda Petra Regelin de la Federación de Gimnastas Alemanes Deutschen Turner Bund.

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Regina Regelin

Sin embargo, no está comprobado científicamente qué tipo de deporte es mejor para quienes sufren de dolor de espalda. Aunque en las competencias de algunas disciplinas se da con más frecuencia el dolor de espalda, ello no quiere decir que se pueda concluir que no sean adecuadas como deporte ocasional para personas con dolor de espalda. Lo más importante siempre es el “cómo”. Con la dosis correcta, un entrenamiento específico y una buena técnica, en casi todas las disciplinas deportivas predominan los efectos positivos. Además del fortalecimiento muscular, el deporte ayuda en casos de estados depresivos, trastornos del sueño y sentimientos de aislamiento, problemas que comúnmente acompañan al dolor de espalda crónico. Vale destacar que los resultados son buenos únicamente si se practica deporte en forma periódica.

“Al seleccionar el tipo de deporte adecuado no es tan importante que se lo considere en general ‘bueno’ para la espalda. Es mucho más importante que sea adecuado para usted: tiene que resultarle entretenido y cuadrar bien con sus actividades diarias”, aconseja Regelin. Si al empezar a practicar un deporte tiene dudas acerca de las exigencias que implica para su salud, le conviene consultar a un médico o un fisioterapeuta.


Una terapia del dolor específica es efectiva contra el dolor de espalda

Todos lo conocemos, pero incluso los expertos tienen dificultades a la hora de describir qué es el dolor. Conforme a una definición de la Sociedad Internacional para el Estudio del Dolor del año 1979, se trata de “una experiencia sensitiva y sensorial desagradable que se relaciona con un daño real o potencial de tejidos o que se describe con conceptos relacionados con tal daño”. A diferencia de explicaciones previas que consideraban el dolor como un proceso puramente físico, en este caso también se incluye la vivencia personal del dolor. En consecuencia, también puede sufrir dolores alguien cuyo origen físico del dolor haya sido curado con anterioridad o ni siquiera se encuentre.

El dolor es el guardián de la salud

A nadie le gusta tener dolores. Sin embargo, no se debe valorar negativamente sin más a los dolores. “Como síntoma, los dolores agudos, por ejemplo, cumplen con una función de alerta y protección muy importante. Muestran que algo no está bien. El cuerpo reacciona y trata de prevenir daños por medio de medidas compensatorias”, explica el Dr. Jan-Peter Jansen, director médico de Schmerzzentrum Berlin. Es por ello que los antiguos griegos le llamaron “el perro guardián de la salud”. Aparece, por ejemplo, en casos de infecciones o heridas, tiene un límite en el tiempo y en la mayoría de los casos se elimina con éxito por medio del tratamiento de la causa.lich begrenzt und kann durch die Behandlung der Ursache meist erfolgreich therapiert werden.

 

Dr. med. Jan-Peter Jansen
Dr. Jan-Peter Jansen

El dolor pierde esta función positiva de alerta cuando se vuelve crónico. Al contrario: el dolor crónico desgasta al paciente físicamente, y puede alterar completamente su pensamiento y su sentir. Se convierte en una carga más pesada que la enfermedad básica original. El dolor se mantiene constante y, con el tiempo, pasa a ser una enfermedad independiente que debe ser tratada en forma separada. También se sabe que el dolor crónico puede causar cambios en el comportamiento, depresión y aislación social.

Una terapia temprana previene la memoria del dolor

Cuando las señales del dolor se repiten continuamente, las fibras nerviosas pueden alterarse de forma permanente y formar una “memoria del dolor”. La consecuencia de esto es que incluso estímulos leves como el contacto físico, el calor o el estiramiento pueden ser percibidos repentinamente como un dolor. Es el mismo efecto que conocen muchas personas que han sufrido la amputación de un miembro: la lesión nerviosa originada por la amputación o la pérdida de parte del cuerpo adquiere vida propia. Debido a que las lesiones dejan huellas de memoria en el sistema nervioso central, se generan permanentemente impulsos nerviosos sin que estos tengan una razón de ser. Esto también puede ocurrir en el caso del dolor de espalda. “Para impedir el desarrollo de una memoria del dolor, los impulsos del dolor deben ser eliminados desde el principio por medio de un tratamiento adecuado”, explica Jansen y agrega que, de lo contrario, el dolor pierde su función de alerta del cuerpo y existe el riesgo de que se vuelva crónico.

No todos los dolores son iguales

La percepción del dolor puede diferir considerablemente de persona a persona y depende de la psique. Quien tiene miedo o se siente muy estresado tendrá más dificultades para relajarse, lo que conduce a una mayor sensibilidad al dolor. Así puede surgir un círculo vicioso en el que el dolor y el estrés se fortalecen recíprocamente. Es por eso que el buen estado de ánimo o las distracciones reducen el dolor. Además, hay personas que son más o menos sensibles al dolor. Cada persona valora y describe el dolor de manera muy diferente.

La terapia del dolor posibilita el movimiento

Muchos pacientes con dolor de espalda creen que poder soportar el dolor es un signo de fortaleza. Este falso heroísmo, sin embargo, conduce a que los afectados se muevan muy poco o nada, lo que da lugar a un círculo vicioso. El dolor aumenta cada vez más hasta que se vuelve casi insoportable o crónico.

En realidad, es necesario hacer ejercicio en forma regular para fortalecer la musculatura y mantener la movilidad a fin de poder desarrollar las actividades diarias. Sin embargo, debido a los dolores, que pueden ser muy fuertes en algunos casos, la gimnasia terapéutica necesaria muchas veces solamente se puede llevar a cabo junto con una terapia del dolor adecuada.

El objetivo de la terapia del dolor es, pues, lograr que, por medio de la selección de los calmantes adecuados y la dosis apropiada, el afectado deje de sentir dolor en forma total o casi total. “Está demostrado que un paciente con menos dolor está más relajado, tiene menos miedo y disfruta más de la vida. Además, y esto es muy importante, el afectado puede participar desde un principio en una terapia activa como la gimnasia terapéutica”, explica el terapeuta del dolor berlinés Jan-Peter Jansen.

En los casos de dolor de espalda agudo sin involucramiento de las raíces nerviosas, el médico primero receta un calmante simple. Debido a su menor tasa de efectos secundarios, el paracetamol es el principio activo preferido, pero su efecto calmante es limitado, por lo que puede no ser suficiente. En tal caso se deben utilizar antirreumáticos no esteroideos, que incluyen principios activos como el ácido acetilsalicílico, el diclofenac y el ibuprofeno. Se deben tomar, como máximo, durante seis semanas. Debido a sus efectos secundarios sobre el sistema gastrointestinal y los riñones, este tipo de medicamentos no es apto para su uso permanente, en especial para las personas de más de 65 años de edad. Sin embargo, no todos los medicamentos tienen el mismo nivel elevado de efectos secundarios. En caso de un mayor riesgo de complicaciones estomacales, se puede administrar el principio activo omeprazol como medida preventiva para reducir los riesgos. Consulte con su médico cuál es la solución más adecuada para su caso.

 


¿A qué grupo pertenece usted por su reacción al dolor de espalda? Responda al cuestionario para averiguarlo

Dr. Dietmar Krause
Dr. Dietmar Krause

Un fuerte dolor le cruza la espalda. Como reflejo, no nos queremos mover ni un milímetro más. El miedo de que haya pasado algo grave impide cualquier movimiento. Aunque la experiencia de los médicos muestra que rara vez se trata de afecciones graves, el temor impide que muchas personas se sigan moviendo normalmente. “Quien se queda quieto y se acuesta se arriesga a que el dolor se enquiste”, advierte el Dr. Dietmar Krause, presidente de la asociación Aktion Rückenwirbel e. V. de Marburgo. “Lo importante es permanecer activo dentro de lo posible”, recomienda Krause. Pero cada persona afectada reacciona a las molestias de manera diferente. “En la consulta vemos las diferentes reacciones de las personas ante el dolor. Algunos evitan todos los movimientos y tienen miedo. Otros reaccionan al problema activamente y superan el dolor”, observa el Dr. Wolfgang Sohn, psicoterapeuta y experto en dolor de Kempen.

Fuente: Dr. Dietmar Krause, Aktion Rückenwirbel e.V.