Para las personas que tienen limitada su capacidad de moverse, los andadores de ruedas representan una gran libertad. Las personas mayores o con dificultades para moverse pueden llevar una vida más autónoma, moviéndose independientemente dentro y fuera de sus hogares.
Sorprendentemente, este maravilloso invento de la sueca Aina Wifalk no es tan antiguo. Ella misma quedó discapacitada a causa de poliomielitis y en 1978 tuvo la idea de crear un andador con ruedas. En Alemania, los primeros andadores se construyeron a principios de los años 90. Hoy los seguros médicos financian alrededor de medio millón de andadores al año. Tanto las personas mayores como los jóvenes que sufren de mal de Parkinson o esclerosis múltiple se benefician del vehículo con ruedas. Cada vez con más frecuencia, los andadores con ruedas también se utilizan en la terapia y la rehabilitación.
Los andadores no son sustitutos de las sillas de ruedas, sino que literalmente son una ayuda para andar. Siempre son útiles cuando se trata de andar más seguro, poder tomar descansos de vez en cuando y no tener que cargar las bolsas de la compra o el equipaje. Un andador de ruedas ofrece, a diferencia de las muletas, un agarre seguro, ya que siempre está firme en el suelo.
En principio, la construcción es muy sencilla: un bastidor de tubos estable y de metal ligero, abajo cuatro ruedas y arriba dos mangos de altura ajustable. Las ruedas delanteras deben poder girar para facilitar la dirección. Dos frenos independientes se encargan de dar seguridad, un freno de mano para la fijación firme y un freno de servicio que solo se activa por un momento cuando se levanta con las manos.
Los accesorios, tales como el asiento, el respaldo, la bandeja, el soporte para bastón o paraguas, así como el cesto, hacen del andador un compañero práctico para los mandados cotidianos.
Dado que el andador debe levantarse a menudo, por ejemplo, al cargarlo al coche o al subir a trenes y autobuses, el peso juega un papel fundamental. El peso máximo, incluyendo las ruedas y un cesto, no debe sobrepasar los 9 kg.
También es importante el manejo fácil y la posibilidad de plegar y acarrear el dispositivo con poco esfuerzo. Debe contar con un seguro de plegado que evite que la activación del mecanismo de plegado durante el uso y que el usuario se caiga. Muchos modelos se pueden plegar de modo que permanezcan de pie incluso mientras están plegados y, por consiguiente, también pueden ser un apoyo para su propietario en caso de necesidad. Una función de memoria es útil para volver a ajustar rápidamente el andador a la altura correcta de los mangos.
Para superar obstáculos se cuenta con una ayuda de vuelco que consiste en una pequeña superficie de apoyo para los pies en el bastidor en el área de las ruedas traseras. Uno debe ir con el andador hasta justo antes del obstáculo, poner el freno y pisar la ayuda de vuelco, de manera que se eleven las dos ruedas delanteras. Después se vuelve a soltar el freno, así se puede mover el andador hacia adelante con las ruedas delanteras levantadas.
Unas buenas ruedas absorben mejor los golpes en terrenos irregulares y protegen los hombros y las manos de los usuarios. Cuando el andador se utilice tanto en interiores como en exteriores, las ruedas deben poder cambiarse de forma fácil y rápida.
Para obtener una postura saludable para la espalda y ponerse de pie fácilmente también se necesitan mangos ergonómicos. Gracias a su forma, éstos permiten distintas posiciones de la mano y de agarre. Esto reduce la tensión ejercida sobre las manos y los hombros y permite caminar sin cansancio incluso para las personas con problemas en las manos. Además, la postura es automáticamente erguida y, por consiguiente, saludable para la espalda. Al sentarse en el andador, los mangos sirven como apoyabrazos. Al levantarse de una silla o un sillón, ofrecen un muy buen agarre y mucha seguridad gracias a su forma ergonómica.
Para que el usuario pueda descansar de vez en cuando, debe ser posible sentarse ocasionalmente de manera cómoda y segura con los rollators de exterior. En estas situaciones, el andador tiene que quedar fijo y totalmente frenado, así como contar con un asiento firme y antideslizante. Deben ofrecerse distintas alturas de asiento y ser posible una carga máxima de al menos 125 kg.
Un complemento útil para el andador es un cinturón para la espalda acolchado y ajustable en altura, profundidad y ángulo de rotación. Esto puede reducir la tensión ejercida sobre la espalda mientras se está sentado en el andador, facilitar una postura sentada erguida e impide las caídas hacia atrás.
Algunos andadores cuentan con una alarma LED. Ésta se encuentra en la parte delantera a la derecha y a la izquierda encima de las ruedas y sirve para ser visto por otros usuarios de la carretera en la oscuridad y cuando esté nublado. Un sensor se encarga de que la luz se encienda automáticamente al atardecer y en caso de movimiento. Si se inclina el andador hacia la derecha o hacia la izquierda, se activa una señal acústica. Esta función es importante si el usuario se ha caído y necesita ayuda –de esta manera puede llamar la atención de los demás.
Se dispone de rollators especiales para uso exclusivo en la zona de estar. También ofrecen el apoyo necesario para levantarse y caminar y, además, ayudan a transportar con seguridad los utensilios y las comidas. Por lo tanto, en comparación con los todoterreno, deberían estar equipados con una bandeja o cesta práctica y versátil en lugar de la posibilidad de sentarse.
Los andadores con apoyos para antebrazos tienen una finalidad de uso especial. Son un apoyo seguro en caso de limitaciones e inseguridades al andar debidas a mareos, traumatismo craneoencefálico o esclerosis múltiple. Los andadores también son adecuados para los usuarios que no tienen la fuerza manual suficiente para empujar el andador o que necesitan un apoyo para enderezar el tronco o reducir la tensión ejercida sobre el torso (después de una cirugía de corazón o de columna).
Los apoyabrazos regulables en altura pueden ajustarse a cada usuario. De este modo, el andador ofrece la posibilidad de moverse de forma autónoma, sin la ayuda de otra persona.
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