Hace tiempo que no es un secreto que el ser humano se ha desarrollado en contra de su naturaleza convirtiéndose en un ser sentado. Ya no realizamos en la medida necesaria el esfuerzo físico tan importante para nuestro organismo. Estamos sentados en el coche, la oficina, ante el televisor, en el cine y en el bar. A la musculatura –particularmente a los músculos pequeños y profundos– le faltan estímulos de movimiento. Los estudios han puesto de manifiesto que estos músculos han perdido su efecto estabilizador en muchos de los pacientes afectados por dolor de espalda, razón por la que es imprescindible volver a entrenarlos y fortalecerlos.
En estos casos pueden resultar de gran ayuda los programas de entrenamiento interactivos, en los cuales uno se sumerge como avatar en un nuevo mundo para entrenar de forma entretenida la movilidad y la propia percepción de los movimientos. En el caso ideal, este tipo de programa basado en sensores es también un producto médico. Las instrucciones deben ser fáciles de entender para todos los usuarios y los ejercicios ejecutables también sin la ayuda de un terapeuta.
En el esternón y en la parte inferior de la espalda se aplican sensores de movimiento sin cables. Estos sensores transmiten los movimientos más mínios vía bluetooth a un aparato receptor similar a un Smartphone o una tableta. De esta forma, el usuario recibe inmediatamente a través de los ejercicios realizados una respuesta y sabe si los está ejecutando correctamente o si es preciso realizar alguna corrección.
Una ventaja adicional es cuando el aparato permite una evaluación terapéutica del entrenamiento en la que se indican los avances del usuario, que puede visualizarla al término de cada entrenamiento y, en caso de necesidad, presentarla al terapeuta o médico para su valoración profesional.
Los médicos y terapeutas que desean apoyarse en la tecnología médica en su actividad profesional deben asegurarse de que se trate de un sistema concebido específicamente para el ámbito terapéutico. Los aparatos para la medición de la espalda sin radiación permiten una representación gráfica de la columna vertebral y muestran los ángulos entre dos vértebras adyacentes de la columna cervical y lumbar, así como la inclinación y el enderezamiento de la pelvis. La medición de la columna no solo se realiza en posición erguida, sino también en posición doblada (flexión) y estirada (extensión). También existen otras modalidades de medición. La resolución tridimensional de los datos en la pantalla del ordenador facilita el diagnóstico. Los datos ofrecen al terapeuta o médico información sobre la capacidad de movimiento de la columna vertebral y sobre posibles déficits musculares. La evaluación de los datos ayuda a establecer el programa de entrenamiento individual.
El programa se puede desarrollar igualmente con ayuda de un software. Para ello se necesitan sensores de movimiento, que registren cualquier movimiento por muy pequeño que sea y den al terapeuta o médico una respuesta directa sobre la corrección de los movimientos realizados. Cuando los movimientos no se realicen adecuadamente, se emite enseguida un aviso que permite una corrección inmediata.
El programa de software cumple los requisitos más importantes cuando los ejercicios desarrollados a ser posible por científicos del movimiento y fisioterapeutas se concentran en el entrenamiento de la espalda.
Además de los criterios aplicables al uso privado, es preciso tener en cuenta lo siguiente: