El trabajo en los talleres de automóviles puede afectar directamente la zona lumbar, que sufre la continua posición encorvada, el giro del cuello para tener una visión general y, desde luego, la necesidad de levantar y cargar neumáticos y otras piezas de gran peso. Cuando además se deben manipular herramientas pesadas, la espalda, los brazos y las articulaciones quedan sometidos a un esfuerzo adicional. ¿Qué pueden hacer los mecánicos de automóviles para reducir esta carga?
Durante la época de Semana Santa y a partir de octubre, en los aproximadamente 36.000 talleres mecánicos de Alemania aumenta de manera significativa la cantidad de trabajo debido al cambio estacional de neumáticos. Cabe recordar que solamente en ese país circulan 64 millones de vehículos. Quien alguna vez ha cambiado neumáticos por sus propios medios, aunque sea en un solo automóvil, sabe que la tarea resulta ardua. Mientras tanto, los empleados de los talleres realizan el procedimiento en apenas un cuarto de hora.
Por cierto, los mecánicos de automóviles pueden recurrir en estos casos a herramientas que satisfacen dos importante requisitos al mismo tiempo: por un lado, están diseñadas y desarrolladas especialmente para la tarea en cuestión; por el otro, protegen la salud de la espalda, los huesos y las articulaciones. El duro trabajo se torna así mucho más sencillo.
La llave de impacto de aire comprimido es una de esas herramientas. Los buenos modelos han sido concebidos con criterios ergonómicos, de forma tal que permiten mejorar sustancialmente las condiciones de trabajo.
Quien haya trabajado alguna vez con una llave de impacto convencional, seguramente comprobó que no se acomoda demasiado bien en la mano y que es muy pesada. En las herramientas de este tipo, 100 gramos más o 100 gramos menos de peso pueden ser determinantes. Además, existe un problema: las denominadas "vibraciones mano-brazo", que pueden transmitirse a todo el cuerpo.
Varios estudios científicos sobre seguridad en el trabajo han demostrado cuáles son las posibles consecuencias del problema mencionado: enfermedades degenerativas de los huesos y articulaciones en el sistema mano-brazo, alteración en la motricidad fina, engrosamiento de las vainas tendinosas y trastornos en todo el aparato circulatorio. A eso se suman contracturas en la musculatura de cuello, hombros, brazos y espalda. Incluso es posible que haya daños en los discos intervertebrales.
La situación puede ser diferente: lo demuestran los aparatos cuyo desarrollo ha tenido en cuenta, entre otras cosas, la salud del mecánico. Con un peso inferior a 1200 gramos, son sorprendentemente ligeros, se acomodan bien en la mano y proporcionan aun así una transmisión de fuerza de enorme eficiencia.
Además, al desarrollar esta nueva llave de impacto de aire comprimido para alto rendimiento, los constructores pusieron gran énfasis en la ergonomía. Gracias a las palancas de inversión para rotación a derecha/izquierda, estas llaves de impacto pueden manejarse de manera fácil e intuitiva. Resulta indistinto si el usuario es diestro o zurdo. Con el mango antideslizante, también existe la posibilidad de llevar a cabo un trabajo seguro con una sola mano.
Dentro de las llaves de impacto de aire comprimido para alto rendimiento, las buenas versiones permiten seleccionar entre varios niveles al ajustar el par de apriete. El accionamiento, la presión operativa y un régimen mínimo de revoluciones no demasiado bajo aseguran una óptima transmisión de fuerza. Esto protege la musculatura sometida al trabajo y evita las contracturas.
Las llaves de impacto de aire comprimido de tipo profesional hoy pueden ser muy silenciosas. Se trata de otra ventaja para la salud, sobre todo cuando hay varias personas que trabajan al mismo tiempo en un taller. Las mangueras silenciadoras permiten lograr una reducción adicional del nivel de ruido durante el funcionamiento; la disminución de hasta un 40% constituye entonces un beneficio apreciable no sólo para el personal del taller.