Ya sea en puestos de dependiente, en peluquerías, en salas de operaciones o, con especial frecuencia, en las fábricas: según el Instituto Federal de Seguridad en el Trabajo y Medicina Laboral, son cerca de 16,5 millones las personas en Alemania que deben trabajar de pie todo el día o parte de él. La posición de pie se considera poco peligrosa, pero su abuso puede acabar dañando el cuerpo. Las cargas a las que se somete el cuerpo pueden acarrear problemas musculares y articulares, dolores de espalda, varices e, incluso, problemas de circulación. Evidentemente, no es viable acabar con los trabajos que se realizan de pie, pero sí que se puede configurar el lugar de trabajo de tal forma que dicha posición sea mucho menos perjudicial. En el presente artículo, explicamos cómo contribuyen a ello las alfombras con propiedades amortiguadoras especiales para el lugar de trabajo.
Las alfombras con amortiguación ergonómica para el lugar de trabajo constituyen un alivio para muchos millones de personas a las que sus profesiones obligan a trabajar de pie. La elasticidad de las alfombras, ajustada a la fisiología humana, rebaja no solo la presión ejercida sobre las articulaciones del pie, la rodilla y las caderas, sino también la que opera sobre la columna vertebral. Otro efecto secundario positivo: la capacidad de concentración y de rendimiento se mantienen durante mucho más tiempo, lo que permite reducir los periodos de baja de los empleados, y, a su vez, aumentar la motivación.
La lógica que hay detrás de esto es muy sencilla: sobre un suelo duro, la musculatura se agota muy rápido; como consecuencia, la columna vertebral pierde su principal sostén y se desequilibra. Aumenta la carga sobre los discos intervertebrales, aparecen las dolorosas contracturas. Por otra parte, la reducción de la actividad muscular en las piernas resta impulso al retorno de la sangre desde las venas: este mecanismo, conocido como «bomba muscular», va dejando progresivamente de funcionar. Los resultados son sensación de piernas pesadas y estancamientos sanguíneos dolorosos. Aparece el riesgo de desarrollar varices y otros problemas circulatorios.
Las alfombras ergonómicas para el lugar de trabajo permiten evitar estos problemas. La carga por impacto disminuye y el especial diseño de las superficies estimula movimientos de compensación intuitivos. Esto tiene dos efectos positivos inmediatos: por un lado, la bomba muscular de las piernas se mantiene en funcionamiento, garantizando un riego sanguíneo fluido; por otro lado, la carga sobre la musculatura que rodea la columna vertebral se reparte de forma más equilibrada, con lo que se evitan presiones unilaterales sobre los discos intervertebrales. También es menor la carga a la que se someten las articulaciones de pies, rodillas y caderas.
Pero las alfombras ergonómicas para el lugar de trabajo no solo reportan beneficios en el plano de la salud. También desempeñan un importante papel en términos de seguridad laboral, siempre que tengan propiedades antideslizantes y, por tanto, no se vea incrementado el riesgo de caídas. Como ventaja adicional, reducen los daños en casos de caída de herramientas o de otros productos.
Con diferentes tramas geométricas en su superficie, las alfombras ergonómicas para el lugar de trabajo pueden utilizarse en entornos de trabajo secos, húmedos o con alta intensidad de giros. Para que su vida útil sea lo más larga posible, deben poder soportar cargas elevadas, presentar propiedades antideslizantes con una reducida resistencia a la torsión y disponer de cantos biselados.