Para los niños y jóvenes con trastornos motores de origen cerebral (p. ej. espasmos) y trastornos del procesamiento sensorial (p. ej. trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad, autismo) es muy importante fomentar una manera de sentarse activa y dinámica. Las sillas especiales pueden ser de ayuda durante las clases o la terapia.
Un apoyo de la cresta ilíaca, un bloque de asiento con una forma especial y generadores puntiformes de impulsos debajo los hombros favorecen una posición sentada estable, equilibrada y simétrica. El ajuste gradual de la altura del asiento asegura el contacto importante de ambos pies con el suelo, las ruedas aumentan la movilidad del usuario.
Con esta silla terapéutica, los niños aprenden a identificarse con su propio equilibrio, percibir el cuerpo en movimiento y controlarlo de manera que permanezca en equilibrio.
La posición sentada estable y simétrica regula la tensión muscular y es un factor importante para poder empezar a mejorar las habilidades motoras finas. Gracias a la postura erguida e independiente, los niños pueden mover los brazos de forma libre y relativamente natural.
Gracias a la postura erguida del cuerpo y de la cabeza, los usuarios tienen acceso a un nuevo nivel de percepción. Gracias a la mayor atención, se facilita la comunicación con el entorno.
La silla es adecuada para niños que cuentan con un mínimo de control del tronco y un nivel mínimo de la función de apoyo en las piernas.
Se requiere una instrucción profesional, un manual de ejercicios y un entrenamiento por parte de un terapeuta.